Humilde, es como Erik lo describió. A mi me llamó más la atención otra característica... Todo lo que tuvimos que limpiar, para sentirnos más o menos en casa.
PD: entrando por esa puerta al fondo se encuentra nuestro baño, donde habitualmente flotan los pequeños presentes de cada mañana de Erik que la bomba no consigue tragar ni a la primera, ni a la segunda y, con suerte, sí a la tercera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario